¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

domingo, 15 de julio de 2012

EL AMOR, DE OTRA MANERA

En el fondo de sus ojos,
un mudo luminoso se escondía...
Hoy, en sueños, se me ha escrito este  poema.  Desde hace muchos años sueño con un figura femenina con cierto aire melancólico, se me apareció por primera vez en el mundo onírico a lo largo de una de mis  muchísimas noches vividas (dormidas, soñadas) en Oxford.  Más o menos por la época en que empecé a escribir poesía en inglés y en español (hace ya casi dos décadas).
Esta noche ha vuelto a mis sueños.
Y aquí está el poema susurrado.
Espero que os guste.


EL AMOR, DE OTRA MANERA
por Francisco José Francisco Carrera

Los ojos de la niña
eran de color malva
y en ellos el miedo
aún no encontraba
su triste y oscura morada.
Se acercaba a cada cosa
y, con una sonrisa
prendida del corazón,
la niña celebraba
el estar viva,
lo hacía en silencio,
sin ser consciente
de que lo hacía.
Y la niña fue creciendo
y fue muchacha, fue mujer…,
y sus ojos malvas siguieron
acariciando el contorno
precioso de los cuerpos y de las formas.
Y supo que nada nace ni muere
en esta tierra aunque todo
crea haber nacido y tema por tanto perecer.
Es un juego, le susurraba el viento,
un bello juego que a veces duele,
pero un juego, nada más;
es un baile, el agua le decía,
un baile infinito que sueña ser finito,
pero un baile, nada más.
Y en los brazo del amor,
la niña, la muchacha, la mujer,
recordaba, cada día,
que el miedo cedía su poder
ante la luz que regresa a cada instante
cuando no preguntamos el porqué.

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