¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

sábado, 25 de septiembre de 2010

VINDICACIÓN DEL LADO SALVAJE O LA LEYENDA DE LOS WILDBORNS


A mí, lo reconozco, hay dos cosas que me fascinan, que me vuelven loco, vaya. Me apasiona la poesía y me apasiona la música. Ambas por igual, la verdad. En el fondo creo que no son artes distintas. Al fin y al cabo, todas las artes parten de un mismo tronco divino y luego nosotros, los humanos, dividimos, cortamos y pegamos todo para hacerlo un poco más abarcable y, dado el caso, masticable. Pero en el caso de la música y la poesía es mucho más obvio. La poesía es música verbal y la música es lírica sónica, por así decirlo. La mejor música es pura poesía del mismo modo que la mejor poesía es música esenciada y esencial. Y con ello llego a lo que iba..., a hablar de uno de los grupos que más me han fascinado estos últimos meses. Y es que es un placer para mí hablar de ese grupo mítico ya en Soria (y que espero que pronto lo sea en toda España y más allá de la frontera ibérica, qué leches, calidad no les falta y ganas les sobran) que responde al nombre de THE WILDBORNS. Vamos a ello.

No viene al caso presentar a estos pedazo de músicos en este blog, si queréis información podéis (DEBÉIS) visitar su espacio en myspace (tenéis el link más abajo así que a seguir leyendo). Como anécdota, contaros que su cantante y guitarrista, Miguel Lage (aka Mick Wildborn) fue alumno mío hace ya algunos añitos durante mi primer curso como profe en la Escuela Universitaria de Educación de Soria. Fonética le enseñé a Miguel pero, como todos mis alumnos, él me enseñó mucho más a mí. Eso siempre ha sido así y por ello debo tanto a todos mis estudiantes. Quizá ellos no lo sabían, pero todos estaban siendo mis maestros y me estaban enseñado a dar clase y, además, a vivir. Este es el motivo por el que siempre les hecho de menos. En lo que respecta a Miguel, siempre le vi más como a un amigo que como un alumno y se me alegra el corazón al saber que desde entonces cuento con su amistad. Soy un hombre con suerte, lo sé, y por ello doy gracias cada mañana al levantarme, aunque las legañas se me quieran comer entero de puro sueño. En resumen, que Miguel es un pedazo de tipo. Y un músico como la copa de un pino. Y un artista renacentista del siglo xxi, lo mismo te esculpe un acorde, te escribe una fotografía, te dibuja una película o te compone un cielo oscuro y lleno de nubes tormentosas con un rayo de luz. Ese es mi amigo Miguel, así, en toda su gloria torera y artística. Y por supuesto que no es el único virtuoso del grupo, los cuatro músicos que componen ahora mismo The Wildborns derrochan calidad, y sus temas son su mejor presentación.

Y yo hoy no voy a perder más tiempo en prolegómenos, voy al turrón pero ya mismo.
Aquí he venido a hablar de su futuro gran disco y de su magnífica realidad. Estamos hablando de material de primera, de unas canciones de un blindaje espectacular. De unos músicos que saben lo que hacen, que toman de aquí y de allá y en su alambique se cascan un mejunje que te hace bajar al infierno más profundo para luego subir del tirón y gritar de pura alegría vital. This is no joke, my friends, this is fucking rock n’ roll, and I really it. Puro rock, colegas, rock que te lleva a diversos paisajes sónicos y te hace desear que el viaje no termine nunca. No voy a hablar de las influencias que veo porque poco importan, además que eso es tarea de los músicos y ya nos las contarán en diversas entrevistas (¿verdad, chicos?). Yo quiero detenerme en lo que escucho, en la realidad de las canciones. Y esto es un viaje iniciático en toda la regla que no debéis perderos, eso es para experimentarlo cada uno a su bola o, si os parece, carambola. En cuanto salga el disco, nos vamos todos a comprar una copia, que va a merecer la pena cada euro (yo lo mismo me compro dos, oye, que pienso ponerlo a lo bestia y seguro que lo desgasto de tanto escucharlo). Os lo aseguro, va a ser dinero bien invertido; pero para abrir boca aquí os dejo mi crítica de algunos de sus temas y un poema para mi queridísimo amigo Miguel, espero que os guste. Así que sin más dilación, apagamos las luces, encendemos incienso, nos pillamos unas birras y, como decían los AC/DC, let there be rock!



The Wildborns o cómo reescribir
el rock and roll en el siglo xxi.
Por Francisco José Francisco Carrera,
melómano y calvo y poeta colorado.

¿Y tú, lechuguino asilvestrado, me preguntas que qué podemos encontrarnos en el repertorio de un grupo llamado The Wildborns? Pues qué va a ser, rock del bueno, tío, puro y glorioso rock n’ roll. ¿Acaso lo dudas? Venga, vamos a meternos ahora un buen chute de vida, música en vena sin más milongas, ya te digo, un golpetazo de adrenalina sin edulcorar. Vete empezando. Mira, lo primero, si todavía no tienes su disco (ya, ya, que todavía no ha salido, pues aprovecha para ir ahorrando pa cuando salga, que voy a estar yo al tanto para que te lo compres y como vea que no lo haces te voy a hinchar a collejas con un bocata de calamares todo aceitoso y revenido) te vas a Myspace y escuchas lo que hay allí. Mira, ya te facilito yo el hipervínculo para que no te de pereza: http://www.myspace.com/thewildborns

Ya estamos como antes, señor qué paciencia (hay que tener contigo más paciencias que los de Almazán que sólo por las que hacen allí deben de tener un huevo de ellas, o más). ¿Que qué hay allí? Pero mira que estás ataraxiado esta noche, pichón. Te lo repito, buena música, chaval, excelente rock n’ roll y de lo bueno lo mejor. Ya te lo digo yo...

Tú te pones a escuchar Born Wild y ya tienes cuerpo de sábado por la noche, ganas de comerte el mundo, así, en pan de molde, chorreante de aceite y alcohol. Porque esto, colega, es rock n’ roll del que te hace mover hasta las orejas. Así que nada mejor para empezar que una buena dosis de Born Wild y desde ahí dejarse llevar. El tema es brillante, ligero y con el tufillo a garaje necesario para que el “salvaje” dentro de uno se ponga con ganas de pegar saltos. A mí me funciona. Os habéis cascado un pedazo de tema. Enhorabuena.



Pero el viaje sigue, madre mía, sigue con Get Close Be Mine, y llega una intro de bajo que no se la salta un gitano. Seas quien seas (pues no te conozco), mi más sincero homenaje, California Wildborn, tu riff de bajo lleva en volandas a la banda y me recuerda a su manera el In a Gadda da Vida de los flipantes Iron Butterfly. Y luego van entrando los demás instrumentos, precisos y preciosos, las guitarras apocalípticas y el baterista dejando claro qué es lo que tiene que hacer en todo momento. Y esa voz, esa pedazo de voz que cruza el infierno y nos deja totalmente boulversés con una letra digna de la mejor poesía maldita de los simbolistas franceses. Nick Cave y sus semillas podridas hubiesen estado orgullos de un tema así, ya te digo, y los Tindersticks y los Arab Strap e incluso una de mis favoritas de todos los tiempos, la reina oscura de diamantes, la divinamente infernal P. J. Harvey (ay, maravillosa tú, menudas medias borracheras nos agarramos escuchando tus discos en Dublín Holger, François y yo, en aquel apartamento lleno de libros, sueños y botellas de vino francés y chileno que siempre acabábamos abriendo malamente con un cuchillo o con los dientes, pero entonces yo era joven y ya casicalvo, y el mundo era una gloriosa bolsa de patatas fritas que no se acababa nunca por mucho que comiésemos...) Pero a lo que iba, tú dame hueco, dame hueco y una botella de absenta, ponme este tema y a flipar. No se necesita más. Si Born Wild era bueno, este tema es todavía mejor. Chicos, sois la leche. Y yo es que no me canso de escuchar esta canción. Gracias, me habéis alegrado el día, y la semana ya puestos.
Y seguimos bajando a un nuevo círculo…


Hail to the Queen of Hearts, aquí viene otra locomotora de canción, no es que sea muy rápida, es un medio tiempo con sabor a gasolina. Arde lentamente (en inglés a estos temas se les califica, apropiadamente de slowburners) y te deja como en medio de un sueño, es como irte al País de las Maravillas y ver que está cerrado así que te quedas en el medio, flipando felizmente con el desarrollo instrumental. Buenísmo, oye. Pero hay que seguir bajando, que el arte es largo, pero la vida corta… Por cierto, maravilloso trabajo el trabajo de Paul Wildborn, el otro guitarrista del grupo, al clarinete. El rollito que se marca en este tema me recuerda a los mejores Focus, uno de mis gurpos favoritos de Rock Sinfónico (mi estilo favorito, por cierto). Enhorabuena, Paul, consigues que el tema tenga un algo especial, de verdad.


Y llegamos a una de mis favoritas (que lo son todas, lo sé), The Gossip, y que me recuerda a mi querida Inglaterra, a los años que pasé allí, a sus ladrillos sucios, a mis paseos por calles olvidadas, a mis compras en el Tesco, a mis Fish and chips del alma, a los amores que no tuve y los poemas que escribí, a mi olvido del español y mi nacimiento al inglés por segunda vez. Todo un aprendizaje sentimental. Es como estar de vuelta por las calles de Sheffield o Manchester, Oxford o Londres, todas tan queridas para mí y todas tan recorridas por la mañana, por la tarde y por la noche.
Otro medio tiempo excelente que me hace ser de nuevo inglés. Chicos salvajes, cuando coincidamos en el Reino Unido recordadme que os tengo que invitar a unas pintas, que os lo merecéis, coño.


Y entonces despega Baby, baby, baby, con un arranque bajo-batería del copón al que luego se unen las guitarras hasta que se monta aquí un ascenso a la cima del rock n’ roll. Pedazo de estribillo, y pedazo de canción.


Silicon se mueve hacia otros derroteros, a mí me traslada a un mundo de derrotas maravillosas, a las fronteras del amor, al silencio incluso, qué se yo. A su manera me intriga lo que no dice tanto como lo que dice. Es otro acierto en todos los sentidos y siempre me quedo con ganas de volverla a escuchar (y lo suelo hacer, vaya).


Y chicos, llegamos a un tema épico donde los haya, no es el que más me gusta pero es (casi) mi favorito. No tengo palabras, de verdad, no tengo palabras. De hecho me he propuesto componer un poema sobre la canción que ya os enseñaré, dedicado irá, por supuesto, a estos chicos que me han hecho seguir creyendo en la música componiendo esta canción. Se titula New Sun y a veces me recuerda a los mejores U2, a veces no, en cualquier caso me emociona profundamente. Me deja speechless. Completamente enamorado del mundo. El tema dura 6 minutos y medio (casi) y pasa volando de lo bien estructurado e interpretado que está. Buen tema para acabar un concierto con un climax brutal. De lo mejor. Es un prodigio, una levitación, una obra de arte, qué se yo. Me encanta la labor de Kevin Wildborn con la batería, es sutil y exacto en sus movimientos y crea una base rítmica espaciosa para que el resto de los instrumentos deambulen a su antojo por el tema. Excelente trabajo, Kevin, de verdad. Por cierto, me dice Raquel, a quien también le encanta el tema (y los Wildborns, obviamente) que ella al escuchar este tema cierra los ojos y se marcha de viaje con el corazón lleno de estrellas a los paisajes desolados de las carreteras infinitas de Arizona o Texas, o acaso, tan rico es el tema en matices, a los maravilloso acantilados llenos de la "materia con la que se hacen los sueños" (que decía Shakespeare) que podemos encontrar en Escocia o Irlanda. Toda una poeta mi mujer.


Y después, ay, después, después llega Drelin esa boutade excepcional en francés. Otro de mis temas favoritos desde la primera vez que lo oí. Tiene un je ne sais quois, pour ainsi dire. Pero escuchadlo y juzgad por vosotros mismos. No tiene desperdicio. Si es que como muchos sabéis también tengo alguna parte de mi cuerpo que se forjó en Francia, todavía no sé cuál, pero ya lo adivinaré. A mí me da que es el pancreas, pero no sé, no sé, también podrían ser mis pestañas. Maravilloso país y maravilloso idioma (sus poetas son de lo mejor), pero sobre todo maravillosa canción. Sí señor.


Y llega mi favorito, esto es pura dinamita, señoras y señores, the Wildborn tocan SIN ON THE WAY, esto es rock n’ roll quintaesenciado, una lección de cómo se debe componer y escribir un tema de puro rock. Perfecto. Sucio. Cañero. Hímnico. En dos palabras:

IMPRESIO – NANTE. Gracias por darnos esta joya, colegas. Mención especial para el excelente trabajo letrístico que acompaña a la música, me encanta lo de "but do me a favour honey and stop to sin on the way" o "human tribes they never do me no right" (maravillosa doble negación, aquí sale el lingüísta anglófilo en mí) o también "I'm not the kind of guy you would take your home for a dine". Pasote de lyrics, oye.

Y para acabar llega Made to Stay, excelente manera de bajar de la montaña rusa en la que has estado montado todo este rato. Vamos saliendo de este mundo de luces oscuras y penumbras luminosas, pero a la vez que lo hacemos tenemos ya la sensación de que nos ha faltado algo y que lo queremos volver a visitar cuanto antes. Estos son temas de los que se quedan con uno, de los que nos acompañan al super, al trabajo, al dentista…, hasta al baño. Esta es música de la de verdad. Y por ello os damos gracias, y os pedimos a vosotros, los “nacidos salvajemente” que nos sigáis indicando el verdadero signficado del verbo "rockanrolear". Tíos, la habéis montado buena. Y lo mejor de todo es pensar en todas las que os quedan por montar…, yo prometo estar cerca, aquí tenéis un devoto seguidor. Un poeta rockero (así, con ck, medio inglés medio español, que es lo que soy en verdad, un híbrido absurdo y sin sentido lleno de ruido y de furia al mismo tiempo, lleno de luz y calor, leñe), un profesor de inglés y reflejos de charco, un observador de la lluvia que va a seguir vuestros pasos.

Coda: Por cierto, aunque no estén en Myspace, también son unos pedazo de temas sus versiones del Born to be Wild de los Steppenwolf y del Money de los Beatles, este último es alucinante y ya os digo que yo soy un beatle-maniac hasta la médula, vamos que me resulta imposible entender la vida sin los Beatles, y sin el té, y sin mi mujer Raquel y mi perro Kibo y mi coneja Gandalf(illa), pero eso ya es otra historia..., es que yo de pequeño iba para Sherezade, y luego me he venido a quedar en Cherezado (o "en Chorizado" que me susurra ahora la quedona de Raquel), o algo, pero me vale.

Y ya está…, los que no conozcáis a los Wildborns ya podéis ir corriendo a remediarlo. De verdad que merece la pena. Es lo que tiene cuando se crea y se cree con el corazón. Siempre merece la pena lo que de allí sale. Y a comprar su disco, repito, en cuanto salga…

Y ahora al poema, para ti, Mick Wildborn, por ser como eres (¡y cómo eres, bribón!), por ser tú, vamos, y por ser amigo de este Cocoroto calvo y coronario, tierno y peleón, oscuro y luminoso, of this poet of sorts. Para ti, porque sí. Miguel, amigo mío, amigo y hermano, va por ti:

SHE WAS BORN WILD

POR FRANCISCO JOSÉ FRANCISCO CARRERA
EXTRAÍDO DE SU POEMARIO “DEL RUIDO Y DE LA FURIA…”(PENDIENTE DE PUBLICACIÓN)

A Mick Wildborn,
que sabe del lado salvaje
.


Dáme de probar
hoy en tus labios
del néctar cristalino
de tus sueños,
destila entre mis manos
sin vergüenza
el sabor incierto
de tus años,
oculta está hoy
la voz,
el sonido de aquella guitarra
que nunca supiste tocar,
los juegos infantiles
olvidados y sustituidos
por otros más adultos
y mucho más divertidos,
los recuerdos hechos añicos,
el alma en jirones
pero el corazón por estrenar…
Muñeca,
dame con esos labios
del sabor de la madrugada,
que tu lengua salina
deje su aliento voraz
en mis entrañas
y tu vientre suave
se frote irreverente
con mi misma alma,
gata de jade,
salvaje animal
que envuelve la cama
con un cuerpo
que es el viento
y aviva las llamas
para purificar
con el amor
el miedo, la tristeza
y el dolor.

Ven,
nací salvajemente,
acaso no ves
que soy
la piedra,
el acero
y a la vez
el cristal
roto y reluciente.


Ven,
tú que estás perdida
en la noche de los tiempos,
soy el que redime
cada sueño,
soy el alfa
y el omega,
lo que se va
y lo que llega.

Y así, noche tras noche, las paredes sangran y mis dedos, agotados, no pueden dejar de
llorar,
qué ironía, tu cuerpo desnudo entre las alfombras, piedra preciosa perdida en el mar,
qué lacerante recordar tus gemidos, oscurecidos por el humo y la noche, por las drogas,
pero qué más da,
fuimos a la vez la luz y la más profunda oscuridad.
Adónde te quieres ir ahora, si ni tus sueños te ofrecen asilo,
adónde podrías irte ya, si tú misma eres incapaz de caminar.

Pero qué más da.

Salvaje de mirada dorada,
ser taciturno y descarado,
mi vida entera
está prendida
de tu risa,
todo lo que soy
está en las arrugas
de tu ropa interior,
y qué más quieres que te diga…,

que al respirar he sentido tu ausencia incrustada como fuego en las entrañas,
que al alejarme de tu cuerpo siempre vomito de asco y de dolor,
que me asusta quererte pero me asusta mucho más dejarte de amar,

y qué más da
si he sido el rey absoluto de una tierra sin pasado,

qué más da ya todo,

todo mereció la pena,
mi salvaje y amada pequeña,
mi querido y maravilloso animal.


HASTA LA SEMANA QUE VIENE, LUNALUNEROS.

UN BESO DEL TAMAÑO DE ARIZONA.

domingo, 19 de septiembre de 2010

BIENVENIDOS A LA MASCARADA DE LA VIDA


Nota: Todas las fotos han sido hechas por Raquel, el rostro detrás del rostro detrás de la máscara es, creo, el mío.

Desde hace ya años vengo estando más y más interesado por el concepto de “máscara”. Lo saben bien mis amigos y mis exalumnos de los últimos años. Como ya he expuesto en varios otros lugares, es significativo que el vocablo español “persona” venga del latín donde hacía referencia a la “máscara que se ponían los actores teatrales”. En este sentido, nuestra personalidad (que no es única, deberíamos hablar siempre de personalidades, así, en plural) no es otra cosa que una “máscara”. De este modo cabe plantearnos la pregunta necesaria: ¿entonces siempre llevamos máscara?

Pues no lo sé, no sé si siempre, pero casi. También es verdad que se nos ha programado para ello y ahora puede ser peor el remedio que la enfermedad. Quitarnos las máscaras, así, sin anestesia, puede ser muy doloroso. Pero es bueno que caigan de nuestro rostro original de vez en cuanto, es muy necesario. Es liberador.

Y con todo es una maravilla el llevar máscara…, cuando eres consciente de que la llevas. Entonces la vida se convierte en un juego divino y maravilloso. Hay momentos trágicos y cómicos, pero tú los vives con una profunda realidad en ti. No los rechazas o les quitas importancia, pero tampoco les das un valor absoluto (que al fin y al cabo nada tiene). Eres entonces un actor desarrollando su función en la mascarada de la vida.

Y es que esta semana se me han juntado dos cosas. Para empezar y como por casualidad, me he encontrado con un poema precioso que comparto con vosotros. Es de una americana de origen japonés, Mitsuye Yamada, y se titula “Masks of Woman”. No tengo copia en español así que os lo traduzco libremente del inglés, bear with me!

Mascaras de mujer
Por Mitsuye Yamada


Esta es mi máscara diurna
hija, hermana,
esposa,
madre,
poeta, profesora,
abuela.

Mi máscara es puro control
oculta todo
y sirve para soportar
mi máscara es una huida
de mi propio
Ser.

Interesante, ¿no? Ahí estamos dándole y volviéndole a dar al mismo tema de siempre. Lo cierto es que uno se plantea por qué habríamos de huir de nosotros mismos (= de nuestro propio SER), ¿verdad? Eso, queridos míos, lo dejaremos para otro ocasión.
Mi idea hoy es plantear las preguntas. Recogeremos la cosecha en otro foro o en otro mundo, quién sabe.

Decía que se me habían juntado dos cosas para llegar hasta esta entrada. Bien, falta la segunda. Hace unos días se me escribió casi sin darme cuenta un poemilla garabateado en una libreta (una de las libretas que me llevo a todas partes por si acaso me da el aliento poético, como en los últimos meses me ha venido ocurriendo tan a menudo) y este es, más o menos, el resultado:

MASCARADA
Por Francisco José Francisco Carrera


Bienvenido al baile de las máscaras.
Porta el rostro prestado con alegría.
Si tienes hambre, come, es bufé libre,
sin andas con sed, no te cortes, bebe.

Hoy ni eres tú ni eres ya el otro,
el mañana no existe todavía,
come, bebe, baila y sé tu mismo
con tu máscara. La noche es joven,

nunca habrá de llegar la madrugada.


Al fin y al cabo, he llegado a la conclusión de que es maravilloso encontrar momentos en los que quitarse totalmente la máscara y celebrar el vacío primordial del rostro de debajo de tu rostro, de ser, por fin, el otro. Lo Otro. Pero igual de maravilloso es disfrutar del juego de colores y sonidos que nos ofrece esta gran Mascarada que es la vida. Y del mismo que de niños jugábamos a Indios, Guerreros o Astronautas, ahora de adultos jugamos a ser Madres, Tenderos, Amantes, Abuelos…, y es maravilloso, como dice en su poema Luis Alberto de Cuenca, abrir todas las puertas y desde el fondo del ser vestirnos y travestirnos. Y luego, volver a casa, siempre volver a casa, desprendernos del abrigo, los pantalones, el vestido, quitarnos el maquillaje, los anillos, las pulseras… volver a nuestra piel desnuda, y después seguir un poco más abajo, tendones, huesos y venas, un poquito más todavía, sí, ahí, al centro del centro, ahí donde todo es lo que es.
Volvernos para dentro, volvernos del revés. Tú ya me entiendes.

Hasta la próxima semana, preciosos seres cubiertos por bellas máscaras.
Y venga, que estamods de rebajas e improviso otro poema y os lo escribo al mismo precio…

LA MASCARADA DE LA VIDA
Por Francisco José Francisco Carrera


Y qué soy hoy,
qué máscara de entre todas
me habré de poner
para empezar la jornada,
con qué zapatos saldré,
qué disposición de alma
me puede venir bien,
qué color de corazón
podría ser el mejor...

No lo sé
y me cuesta decidirme.

La vida es hoy gloriosa
y siento que no he perdido
las mañanas triunfantes
de ser joven y estupendo
que decía Victor Hugo
(bueno, el final es añadido
mío, lo de estupendo, digo).
Bajaré al gran parque de la vida
con una sonrisa de estrellas en la mirada,
con un cuerpo de plata y canela en rama,
con ojos de otoño en flor y boca de madrugada
pero sobre todos los todos
con ganas, pero muchísimas ganas,
de participar en la gran mascarada
de las vidas que vivimos
y bajaré, ya no lo dudo,
con esta careta prestada
que, al menos por hoy
me lo creo a pies juntillas,
es mi cara verdadera.

domingo, 12 de septiembre de 2010

APRENDIENDO A VOLAR


Esta es la misma historia de siempre.
La misma aburrida, manida y maravillosa historia de siempre.
La que tú has vivido desde el principio de los tiempos.
La que yo llevo viviendo desde antes de nacer…,
desde mucho antes de que la primera llama diera origen al fuego de la vida.
Esta, querido mío,
es la misma historia de siempre.
Mi historia, tú historia, tanto da.
De esas de chico conoce a chica,
él se levantó de la cama y se hizo un café bostezando.
Una historia de esas que todos conocemos cientos,
acaso miles o cientos de miles.
Juan entendió entonces que no podría volver a amar a otra persona o
Ana tuvo la seguridad de que la vida no sería la misma sin él.
Es una historia de derrotas maravillosas y dolorosas victorias.
Es un capítulo minúsculo en la sinfonía de la vida.
Es una manera como cualquier otra de perder el tiempo
.

Y entonces…, corazón de corazones,
qué es lo que hacemos aquí.

Sólo hablamos en silencio.

Sólo besamos con los ojos.

Sólo queremos ser verdad.

Y la Luna de Agosto levanta su telón hoy para esta nueva temporada. La Luna de Agosto ha descansado largamente en el estío, su tiempo de asueto ha sido pródigo, se ha convertido en sol, a ratos en estrella, se ha bañado en el mar, ha jugado con la muerte, ha bailado sin parar. La Luna de Agosto, amigos míos, ha estado también cerca de vosotros. Os has adormecido y os ha acariciado, os ha protegido con su risa y os ha llevado hasta la tierra de Nunca Jamás. Hoy, domingo, desde este esfera sideral que configura mi presencia, vuelvo a sentir vuestra respiración desde el otro lado del espejo.

He caminado mucho desde la última vez que hablamos, hacia dentro y hacia fuera, la verdad, también me he ido de exilio interior, he perdido horas, días y sueños, he ganado segundo, minutos y cielos, y por fin he encontrado el camino de baldosas amarillas para al fin regresar a Kansas. Kansas siempre estuvo en el corazón de Dorothy, y Toto siempre fue el perro maravilloso que todos quisimos tener.

Os prometo una locura:

Cuando el huracán me quiera levantar el corazón, lejos de cabrearme y hacerme fuerte en mi castillo, saldré desnudo hacia el ojo de la tempestad y daré mi cuerpo para que sea devorado por el ruido y la furia de sentirme vivo.

Y estad atentos al cielo y al infierno a la vez, ambos son la belleza de un prometeo nuevo y prodigioso encadenado a la roca de los sueños, estad atentos porque…

también volverán el Cocoroto, el Winterbottom y la Medusa, así que de nuevos todos juntitos para celebrar el milagro de estar vivos y dotados de discurso.

Y qué manera mejor de empezar que con uno de mis últimos poemas, uno de los que más he trabajado para conseguir un “mundo coherente”, es bastante narrativo y responde a ese interés del que ya os he hablado en otras ocasiones, “contar historias en verso”. Espero que os guste, es uno de mis favoritos, sin duda.

EL HOMBRE QUE NO SABÍA SOÑAR

Por FRANCISCO JOSÉ FRANCISCO CARRERA, POET OF SORTS
After watching El circo de la Mariposa by Joshua Weisel

¿Por qué los humanos nos conformamos con soñar que volamos si realmente podemos volar?
(Frank Depritenderr, Volviéndonos divinos)

En una ciudad enorme
de rascacielos, cristal
y silencios,
vivía un hombre
que no sabía soñar.

Sus padres no sabían,
sus abuelos no sabían
y los abuelos de sus abuelos
no sabían soñar.

El hombre que no sabía soñar
se llamaba Will
y trabajaba en una aseguradora
desde que era un chaval.

Cada noche
antes de irse a la cama,
Will
cenaba siempre
una lata de sardinas
con pan de molde
y un vaso de leche
desnatada,
nada más.

Entonces
cerraba los ojos
y le pedía a Dios
que le enseñara a
soñar…

Pero Dios debía estar
ocupado,
en otro sitio
o, simplemente,
no estar.

Y Will
seguía “soñando”
con poder soñar,
en el trabajo,
en el metro,
en el cine,
en la Estatua de la Libertad…

Y soñaba y soñaba,
soñaba con poder soñar…

Pero el tiempo pasaba,
que es lo que tiene el tiempo,
que se empeña en pasar
sin siquiera preguntar,
tarde tras tarde,
noche tras noche,
así hasta el final.

Y Will,
Will empezaba a perder toda
esperanza
de ser como los demás.

Él había visto
que todo el mundo soñaba
y era feliz al soñar.

No importaba que sus vidas
fueran grises,
insoportables,
tristes hasta no poder más.

Soñaban
y eso bastaba.

Soñaban
y ya está.

Era la manera
en que funcionaba el mundo,
todo era un camino
de espinas,
lleno de dolor y tortura,
el mundo,
lo sabía,
era la misma locura.

La felicidad
era una quimera imposible
que nadie podía alcanzar,
pero, ay,
con los sueños
el paraíso se volvía
un poco más terrenal.

Y él no podía soñar.

El mundo
era basura,
llanto,
violencia
y pura angustia.
Para él
y todos los demás.

Pero lo que lo hacía soportable
era la capacidad de soñar.

Siempre había sido así,
lo decían los maestros,
lo decían los políticos,
los sacerdotes en el templo,
lo banqueros y abogados,
el presidente mismo
lo decía,
“menos mal que Dios
nos ha concedido
la capacidad de soñar,
¡Dios es tan generoso,
a la fuerza nos ha de amar!”.

Y Will,
erre que erre,
no paraba de intentar
el ser,
por fin,
uno más.

Aprender
lo que todos ya sabían,
aprender,
por fin,
a soñar.

Odiaba
a sus padres,
a sus abuelos
y a sí mismo
al que más
por no poder soñar.

Y aquella
enésima noche,
fría y oscura
y abismal,
no pudo soportarlo más.

Bajó buscando
una tiendecita oscura
en el barrio más peligroso
de la ciudad,
un submundo olvidado
y que olía a alquitrán.

Quería comprar
una pistola,
balas,
una botella de whiskey,
un poco de coraje,
nada más.

Quizás en el
“sueño eterno”
aprendiera
por fin
a soñar.

Quizás no,
pero no podía
aguantar
ni un solo
día más.

Cuando el dolor
lacera tanto
que no puedes
ni gritar,
el mundo se hace
puñal
y los ojos
de los otros
son cuchillas de afeitar.

Y ya de vuelta en casa,
sin poder evitar llorar
apoyó el arma
contra su cabeza,
rezó por última vez
como si fuese la primera
y justo antes de disparar
oyó la voz del universo
que le decía claramente:

“tú no necesitas soñar,
hijo mío,
soñar
es la manera más pobre
de ser feliz,
nada más;
eres parte misma
de la magia primera
de la creación,
tú mismo,
si quieres,
si te atreves,
puedes volar
y te voy a decir cómo:
deja atrás lo que posees,
pues ello a ti te posee,
olvida tu nombre,
es falso y nada dice de ti,
olvida tus errores,
de nada sirven,
olvida tus aciertos,
aún sirven de menos,
cesa tus pensamientos
ya.
¿Qué queda de ti ahora
que con amor
abrazas el vacío sin sueños?
Lo que queda es
la luz infinita
de Dios en cada
célula,
en cada gesto,
en cada mirada.
Ya has aprendido
lo que siempre supiste
pero no podías ver.
Agradece a tus padres
y a los padres de tus padres
que no te enseñaran a soñar,
gracias a ello
has reconocido en ti
la esencia de todo lo que ES
y con ello ya presente
no volverás a sentir deseos
de soñar.
Todo lo que el mundo te ofrece
es tuyo porque nada necesitas,
ahora, por fin,
puedes lanzarte a volar”.

Y aquella misma noche,
el hombre que no sabía soñar
aprendió por fin a volar
y sigue surcando los cielos
si te atreves a mirar.

Ahora la pelota está en tu campo,
¿quieres seguir soñando?
¿quieres seguir durmiendo en vida?
¿O acaso ya estás preparado
para ver por fin la realidad?