¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

domingo, 28 de abril de 2013

IRREALIDAD

Es hora de salir volando...

¿Os habéis despertado alguna vez con una profunda sensación de irrealidad?  Algo me dice que sí, pues somos herman@s, y como decía Terencio, el dramaturgo latino, nada de lo humano nos es desconocido.  Esto es así para tod@s y cada un@ de nosotr@s.

Lo que quiero decir es que hay mañanas, cada vez más a menudo, en que me despierto como si esta vida real que nos han “vendido” tan comercialmente fuera una vulgar mentira que nos mantiene girando y girando como hámsters en una noria.  No nos damos cuenta de que lo suyo es pararse, buscar la puerta y salir.  Y si hace falta cargarnos los barrotes a golpe de sueño y esplendor.

Esto es matrix, eso está claro. Ha llegado la hora de salir.

Todos los sabemos y estamos en proceso de recordarlo.

Os dejo con un poema…

Irrealidad
Por Francisco José Francisco Carrera

Te despiertas
Y la cama
Es un jodido
Desierto
De puro hielo
Que te congela
Las pelotas
Y te deja
Roto
De parte a parte.
Abres los ojos
Y gritas
Como si fuera
Una pesadilla,
Pero no,
Colega,
Es la vida,
Tu vida,
Cojonudo,
Piensas,
Un día más
O menos,
Mejor menos,
Para que acabe
Este sueño
Del que
Por más que lo intentas
No sabes cómo
Despertar,
De esta broma
Oscura que parece
Ser la realidad.

martes, 23 de abril de 2013

A LA LUZ DE LA LLUVIA


por Francisco José Francisco Carrera

A la luz de la lluvia
descubrimos nuestros cuerpos
recién llegados a ese territorio
incierto del amor.

Después de la tormenta
cada uno recogió su ropa
y también su corazón.

En silencio perdimos la magia,
en silencio y con dolor.

Tu nombre se perdió
entre los charcos,
el perfume de tu piel
también despareció.

En mis labios tus caricias
siguieron floreciendo
por un momento
o dos.

domingo, 14 de abril de 2013

POESÍA E IGUALDAD (3)

Acabo ya con esta serie de entradas que han nacido de mi charla sobre poesía e igualdad, que ya va siendo hora de que mueva el barco hacia nuevas tierras.
Hoy os dejo con algunas de las píldoras rojas enviadas..., y con un poema mío que cierra todo.
Besos, besos muchos, y abrazos otros tantos, sabéis que os quiero más de lo que puedo expresar con palabras y que está siendo todo un privilegio compartir con vosotr@s la aventura de la vida...

El otro, por Carlos Salem

Soy un extraño que vive conmigo
y a menudo me asusta su distancia.
Enciendo cerillas para iluminar tu camino,
pero él puede apagarlas de un soplido,
dejarte a oscuras y temblando de frío.

No siempre lo controlo, no siempre quiero.

Él manda en mi soledad,
yo en las ventanas que abro
para asomarme a tí
o saltar al vacío con los brazos pegados al cuerpo.

La acera espera, armada de paciencia,
a que me rinda una vez más a su avidez de sangre en desperdicio.
Quiere mis pasos que se van, no los que vuelven,
quiere que haga lo de siempre y me mude a mi nunca.

Contigo, por motivos que conozco o imagino,
el otro está escondido.
Pero tarde o temprano saldrá, a segarme las sonrisas
con su guadaña de olvidos.

No lo llames
amor
por su cuenta aparece y me arrastra hasta un lugar
en el que nadie me puede tocar,
donde todo es humo de hojas secas y folios
con versos que se borran antes de que acabes de leerlos.

Lo que me duele no es que venga
sino avisar que viene, y que nadie me crea
hasta que es demasiado tarde.

Confieso que no quiero matarlo y que podría,
que envidio su capacidad de necesitar a nadie.
que me fascina su desapego y lo combato
abriendo el pecho al viento que me traes.

He intentado defenderte de nosotros,
esta guerra era un asunto de familia,
pero estás dentro ya, y cuando el otro venga,
tal vez podamos enseñarle a reír de buena gana,
evitar que nos aplasten sus presagios,
seducirlo juntos y hacer con él un trío
que habite nuestra vida y nuestra cama.

O tal vez no.

Conmigo es fácil el error de creer saberlo todo,
pero él también soy yo
y con él
nunca se sabe.

Así está bien, por Carlos Salem

Digamos que el de musa es un trabajo que entusiasma pero cansa.
Que poetas hay en todas las esquinas, casi tantos como bares.
Que la ciudad era una selva sin carteles y llena de emboscadas.
Que lo tuyo ha sido siempre oscilar entre bambis y chacales.

Digamos que yo era un tigre veterano en mitad de aquella calle,
resbalando sin planes y feliz por el empedrado de tu vida.
O que preocupado por medir el alcance de tus profundidades,
dejé de ser el alpinista sin oxígeno de tus dudas cuesta arriba.

Que yo nunca seré dios, es decir que no seré Angel González,
y no podía crearte, para que te crearas, irrepetiblemente tú.
Que cambiamos pecados provincianos por pecados capitales,
y la cordura por un colchón sobre una alfombra de bambú.

Digamos que los andamios, por poéticos que sean,
indican que el edifico está a punto de cambiar o de caer.
Que las transfusiones de confianza y las cajas guardapenas,
no curan la nostalgia ni aseguran contra el vicio de perder.

Digamos que tu nunca y mi tal vez
se traducen en un simple "ya fué".

Digamos que eso jode
y jode mucho.

Pero mucho.

Y que ambos sabemos
que así
está bien.

I carry your heart with me, by E. E. Cummings
I carry your heart with me
(I carry it in my heart)
I am never without it
(anywhere I go you go, my dear; and whatever is done by
only me is your doing, my darling)
I fear no fate
(for you are my fate, my sweet)
I want no world
(for beautiful you are my world, my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you
here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud of the bud
and the sky of the sky of a tree called life; which grows
higher than soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart
I carry your heart
(I carry it in my heart)

Funeral Blues by W. H. Auden


Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.
Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He Is Dead,
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.
He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last for ever: I was wrong.
The stars are not wanted now: put out every one;
Pack up the moon and dismantle the sun;
Pour away the ocean and sweep up the wood.
For nothing now can ever come to any good.

Quiero decirlo ahora
Porque si no después las cosas se complican.

Soy peor todavía de lo que muchos creen.

Me gusta justamente el plato
que otro come
Aburro una tras otra mis camisas

Me encantan los entierros y
odio los recitales
Duermo como una bestia
Deseo que los muebles estén
más de mil años en el mismo lugar
Y aunque a escondidas
uso tu cepillo de dientes
No quiero que te peines con mi peine

Soy fuerte como un roble
Pero me ando muriendo a cada rato
Comprendo las cuestiones más difíciles
Y no sé resolver lo que en verdad me importa.

Así puedo seguir hasta morirme:
Ya ves soy lo que llaman
El clásico maníaco depresivo.

Te explico estas cuestiones
Porque si todo vuelve a comenzar
No me hagas mucho caso acuérdate.

POEMA 20, Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 

El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

DESPUÉS DE UNA CONFERENCIA SOBRE POESÍA E IGUALDAD, por Francisco J. Francisco

Para todos los que asistieron a la chara,
en especial para aquellos que aceptaron el desafío de las pastillas roja y azul.

Llegamos a una sala
con forma de poema,
si acaso un poema
tiene forma alguna
que no sea la alegría
o la pena,
pero está claro
que llegamos,
primero yo,
luego vosotros,
y al fin el corazón.

No importa
quién fue el primero,
no había premios
o medallas,
sólo espacio,
lluvia afuera
y dentro
caramelos,
ilusiones
y un poquito de calor.

Y empezamos
con el rito,
que es forma,
y poco a poco
fuimos quitándonos
máscaras, miedos
y corazas
para mirarnos
y aceptar
que las cosas
son como son.

Yo me convertí
en vosotros
y vosotros
aceptasteis el envite
del poema
o la canción.

Mismo cuerpo,
misma mente,
mismo glorioso corazón,
latiendo al mismo tiempo,
un mismo momento
dividido en dos.

Y salimos de allí
siendo los mismos
o acaso no,
no importa,
porque ahora
tú y yo sabemos
que nuestras diferencias
nos igualan
y que esos nos hace
amigos y hermanos
para siempre
y por siempre
querremos para el otro
lo mismo que para uno mismo:

la paz, la alegría y la esperanza,
esa oscura luz que nos protege
y que quisimos llamar amor.

Un beso enorme y gracias por todo.!!!!!!!

domingo, 7 de abril de 2013

POESÍA E IGUALDAD (2)


Queridísim@s mí@s, hoy dejo espacio a los poemas que algun@s habéis escrito y que he ido recibiendo desde la conferencia, si alguien se anima aún hay tiempo, si me llegan más los publicaré en la próxima entrada, que dedicaré, sobre todo, a compartir las píldoras que me habéis envidado, canciones y poemas.

Hoy prefiero callar yo y dejaros con est@s maravill@s amig@s que han tenido a bien compartir su visión del mundo en poema, ya sea en haiku o en otro formato de poesía.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS. 

Un beso enorme, herman@s mí@s.

Namaste.

Mi tela de seda,
tu muro de acero -
A veces fuego.


(Mamen Siller)



Don't worry about me,
       Being you,
I find myself in winter.

(Juan Carlos Navarro)
agobio y mas agobio,
eso siento en mi habitación,
encerrada entre cuatro paredes se me va la concentración,
necesito que sea mañana,
para quitarme esta presión,
si no seguiré triste 
encerrada en mi habitación.

(Ana Isabel Arranz)


Pájaros cantan,
primavera soriana,
cuán bello encanto.

(María López Cubilla)


Tierra mojada

Profe, mira una lombriz

¡COMO TE MANCHES!


(Raúl Maján Navalón)

"¿Un regalo que hacerte?

Tiempo; tiempo BIEN invertido. Tiempo para mí.

Tiempo para reír.

Tiempo para confesiones.

Tiempo para discutir.

Tiempo para contarte, y que me cuentes.

Tiempo para el café.

Tiempo para construir y montar.

Tiempo para conducir.
Y tiempo para todo lo que quieras hacer conmigo...



Pero jamás, tiempo para echar de menos. Nunca".


 (Mamen Siller)