¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

domingo, 30 de mayo de 2010

SÓLO SI ESTUVIMOS PERDIDOS, PODREMOS POR FIN ENCONTRARNOS




Nota: Tranquilos, en lo que sigue no hay spoilers de ningún tipo, vamos que no destripo absolutamente nada.

Perdidos ha acabado. La serie de la Isla que es mucho más que la isla ya no está en antena. No volverán nuevos episodios con Jack, Hugo o Kate. No volverán porque ha terminado. Seis temporadas que han sabido mantenernos totalmente enganchados al televisor. Nada será igual que antes, pero tampoco es necesario. La isla no volverá a nosotros pero nosotros podremos revisitarla siempre que queramos. Y muchos de nosotros guardaremos esta serie en la memoria como uno de los momentos culminantes de la televisión actual. Y mira que me gusta la tele, y las series…, de hecho alucino al recordar que pasé dos años de mi vida sin tele (cuando viví en Irlanda primero y en Inglaterra después) porque no me apetecía mucho verla. No es que sea algo que necesite, la tele, digo, pero me gusta y me gusta mucho. Sobre todo las series americanas y las británicas, para qué nos vamos a engañar. Perdidos (me cuesta llamarla así porque siempre me he referido a ella como Lost y siempre tuve la suerte de verla en versión original) ha sido una pasada de serie. Ha sido un aliento amoroso y fresco lleno de luz y oscuridad. No puedo dejar de recomendar su visionado, como no puedo dejar de recomendar la lectura de la Biblia (apócrifos incluidos, por supuesto), cualquier tratado de Zen, El palacio de la luna (de Paul Auster), escuchar a Peter Gabriel o, esto lo hacía cuando no vivía en España, comer jamón serrano y tortilla de patata. Hay bellezas que han de ser experimentadas, que no se pueden contar. No puedes describir a qué sabe un beso, el olor de una flor, el silencio del alma al reconocer tu conexión divina, todo eso ha de ser sentido y cuando lo sentimos no somos nosotros los que lo hacemos, porque el ego, esa careta que nos impide reconocer el verdadero nombre de la rosa, siempre nos aleja de lo que es verdaderamente Real; al fin y al cabo el nombre del universo es nuestra misma esencia y sólo al dejar de fingir lo que no somos podemos verlo. Se puede reconocer, pero no aprehender, como todo lo importante en la vida.

Y perdidos se ha acabado, pero ya no estamos perdidos, para nada, hemos sido encontrados. Y como no quiero entrar en sutilezas sobre la serie, que me volveré a ver enterita este verano, hoy mejor os dejo con un poema “temático”.

PERDIDOS
Por Francisco José Francisco Carrera, Filólogo calvo y foca antártica por prescripción facultativa.

Si te pierdes conmigo
en la isla
lo mismo
me da por cogerte de la mano
para que juntos veamos
el atardecer
ante la playa,
miraremos el mar
y nos regocijaremos
ante un sol tan dorado

como el fantasma del pasado.

Y no diremos nada,
seremos felices,
así, por las buenas,
sin teléfonos, sin prisas
y sin máscaras,
simplemente tú y yo,
respirando,
dejando ir todo mal rollo,
escuchando cómo
dos corazones distintos
puedes ser uno y el mismo,
allí,
solos
y eternamente acompañados,
tú y yo,
de la mano,
sabiendo
como ahora sabemos
que en esta isla preciosa
somos por fin hermanos
y que el agua, silenciosa,
es nuestra primera madre
y que la luz ha sido siempre
nuestro verdadero padre.


Bésame pues,
lentamente,
y deja en mi cuerpo
las heridas de un amor
que ha sabido ser lo que era,
la luz al final de túnel,

la luz que nos encontraba
después de haber estado perdidos.

domingo, 23 de mayo de 2010

Y VI UNA PROFUNDA OSCURIDAD

Ayer, a eso de las once y media,
a plena luz del sol,
en medio de la mañana,
vi una oscuridad tremenda
y oí un silencio total.

La oscuridad era profunda
como profundo es el mar.

La oscuridad era profunda
como profundo es el amor.

Profunda, como profundo es amar.

Y así,
sin previo aviso,
dejé mi cuerpo,
mis formas…
mi calva fue entonces
pradero
y mi boca
sabía a calamar.

Era como algo mu grande,
mu bonito,
mu espectacular,
qué se yo,
era como algo distinto
aunque fuese como igual.

Era de noche en mis ojos
del alma
¡pero era casi mediodía!
Pensé que estaba loco,
aturdido, con resaca,
hecho una verdadera
carraca,
y me asusté un poco,
pa qué mentir,
me asusté un poco
y no supe qué decir.

Miré a mi mujer
pero no abrí la boca,
miré a mi perro
que yacía indolente
recostado en su camita,
miré a mis adentros
y entonces vi algo bien raro,
dentro de dentro de mí
había una linterna divina
que se alimentaba
de mis mismos intestinos.

Osplís tú, me dije,
que ya he ido a encontrar
algo con lo que iluminar.

Y la oscuridad, de repente,
me abrazó,
besó mis labios con su cuerpo,
rozó mi pecho con sus dedos,
se unió a mi mismo cerebro
y devoró todas mis ideas inútiles,
ahora era uno con ella,
y era luminosa en su penumbra.

La linterna se encendió sola,
yo no tuve que hacer nada,
tan sólo ver que a través de mis ojos
el amor ofrecía su mirada,
tan sólo sentir que mi corazón,
sin si quiera yo saberlo, palpitaba,

y la noche que me sorprendió a mediodía
fue entonces mi amante y mi amiga,
ella me había llevado a mis adentros,
a ver esa diminuta linternita
que es capaz de iluminar pueblos enteros
cuando se conecta con el alma del universo.

Y vi una oscuridad que era luz y era esperanza,
que era las lágrimas y el dolor más profundo,
que era el amor,
que era el cariño,
la tristeza ocre y gris,
la alegría, el ser feliz,
que daba la vida
y también la muerte,
que nos hacía humanos,
seres vivientes llenos de calor
amantes de todo lo que ha de morir
pues antes hubo de estar vivo.

Y no sé a cuento de qué vengo hoy domingo
y te pongo al corriente de esta neura tan “weird”,
a saber,
soy calvo,
lo sabes,
he sido profesor de inglés,
me gusta el heavy,
me gusta besar a mi mujer

y ser besado por ella,
abrazar a mi perro Kibo
y ser lamido por él,
me gusta el té,
para nada el vino,
me flipa el Zen, el Tao,
el cristianismo gnóstico,
la figura de la Magdalena
(las magdalenas no tanto),
me gusta meditar,
comer jamón,
la pasta y la pizza,
pasear,
hacer deporte,

hablar inglés,
no pensar en nada,
y todo esto,
todo esto que parece ser yo,
no es lo que yo soy,
claro,
es tan sólo una máscara,
acaso lo que soy,
lo que en verdad somos,
es esa oscuridad profunda
que nos abraza de cuando en cuanto
para que la bombillita de dentro
se nos ilumine
y nos haga hacer el amor
con la misma noche
justo a la mitad del día.

Quizá seamos eso,
nada más,
una danza de cuerpos y espíritus
que se aman
locamente
sin nada más que esperar,
amantes silenciosos de la escarcha,
seres de la luz y la tiniebla.

Qué se yo…,
qué voy a saber yo
sabiendo como sé
que soy la Nada,
sabiendo como sé
que nada queda,
nada más que el amor,
el silencio, y la abundancia.

domingo, 16 de mayo de 2010

MI YO AMARILLO




Espero y deseo que dentro de unos meses la gente busque amarillos, utilice este término, lo haga suyo.
(Albert Espinosa, El mundo amarillo)

Hay días en los que me levanto con el amarillo en la mirada.

Hay noches que sueño en amarillo.

Voy al baño y mi pis es amarillo (vale, esto no es raro).

Veo un árbol y el árbol es amarillo.

Una vaca y la vaca es amarilla.

Sonrío en amarillo, hablo en amarillo.


Me miro al espejo y,
oh sorpresa,
mi CALVA ES AMARILLA.

Pero hay otros días más oscuros
que se pueden mejorar…,

por eso he aprendido
a sacarme del bolsillo
una buena ración
del maravilloso amarillo,
del amarilloso maravillo,
de amar el "y yo..." y el
"y tú", y el "y todos".
Qué cosas tiene la vida,
tú que te levantabas gris,
casi negro de tristeza,
y casi sin darte cuenta
todo lo que dices
y lo que otros te cuentan
es en todo AMARILLO.

¿Y esto tiene cura, dotó?
Pues no.

Para celebrar esos días maravillosos me decidí a escribir un poema, y hoy que es domingo de mayo y amarillo hasta las trancas os digo y repito en amarillo:

Hay días en los que me levanto con el amarillo en la mirada…

Y ahí va el poema:

IT’S A YELLOW WORLD
Por Francisco José Francisco Carrera

A mi amarilla Alma, que tuvo a bien enseñarme nuevas aristas de la Realidad (amarilla, por supuesto)

i On behalf of yellowness

Si me preguntas
por mi nombre,
lo mismo respondo el tuyo,
o no respondo,
o me escabullo,
¿me ves cara de capullo?.

Si me pides
algo de pasta
lo mismo me parto y me mondo,
¿acaso no ves
que todo lo mío
es también tuyo?
Ya te he dicho
que no lo escondo.

Si me cuentas
un chiste,
una historia loca,
te escucharé
con toda la seriedad
del universo,
pero si me cuentas
algo serio,
seguro
que nos reímos
hasta perder
el sentido
y olvidarnos
de qué nos reímos.

Si tienes a bien
levantar la mirada,
si tienes a mal
andarte por las ramas,
si tienes carné de rana
en las orejas
o patas de gallo
en la garganta,
si vienes aquí
para darme por el ala,
si cantas, si bailas o
si tocas la guitarra,
si eres transparente,
si eres elocuente,
si fumas en pipa
de blanca fumata,
si escupes para arriba
con saliva envenenada,
si corres, si vuelas,
si cierras mil ventanas,
si has aprendido ya el idioma
de las flores y las plantas,
si te han vendido un melón
pero con piel de naranja,
si eso es lo que quieres,
dame tu mano
y camina conmigo
al otro lado del río,
al mundo por siempre
y de siempre
en el que todo es amarillo.


ii Crossing the river

Al atravesar,
pudimos ver los cristales
desde el otro lado.

Se estaba bien allí,
tos juntitos.

Con nuestros ojos amarillos,
nuestra manos amarillas
y nuestra extraña forma de andar,
amarilla, por supuesto.

Tú, seguías siendo tú,
yo, seguía siendo yo,
él y ella seguían siendo él y ella,
pero era alucinante
porque YA no éramos nosotros
aunque nos llamásemos igual.

No es que fuéramos amarillos,
es que éramos el amarillo mismo.
Nos habíamos fundido completamente
con todo lo que nos rodeaba
y pegados en esa realidad pegajosa
y llena de sueños,
nos dijimos: qué narices,
aquí se está genial.

Empezamos a reír
y aún no hemos podido parar.

iii Welcome to your (second)self

Y al fin
la locura
trajo
su parte
de cordura.

Supimos
ser
al no
ser,
supimos
estar allí
pero sin estar
allí,
supimos
dejar los ojos
a la entrada,
y el cerebro,
y la boca,
y allí,
siendo sólo alma
y sólo corazón
formamos
un solo cuerpo
sin ninguna identidad.

Supimos
y también olvidamos,
y todo lo
que habíamos sido
era ya,
¡POR FIN!
amarillo.

domingo, 9 de mayo de 2010

WE CAN BE HEROES


We can be Heroes
Just for one day
We can be us
Just for one day
(David Bowie, Heroes)


Y a mí me gusta mucho todo lo que tenga que ver con superhéroes, pa qué nos vamos a engañar…, pero mucho, mucho. Y desde niño. Y luego va la vida y me lanza con efecto a una pareja como la que ahora mismo comparte mi vida y también mis sueños…, sí, Raquel, a la que también le molan los rollitos de superhéroes lo que a un niño un lapicero, o a nuestro perro kibo uno de sus erizos de goma, vamos.

Y así estamos los dos, como tontos cada vez que cae en nuestras manos una peli, un comic, una serie, lo que sea, sobre superhéroes. Nos gustan todos toditos todos. Unos más, claro, otros menos, a ver. Ella tiene sus preferidos, yo los míos, y lo cierto es que coincidimos en muchos. Acaso lo que más nos está interesando últimamente es el lado más post-post-postmoderno del fenómeno.

Seguimos flipando con la crepuscular y fantasmagórica película de los Watchmen, un comic cinematográfico en todos los sentidos. Yo estoy todavía bajo los efectos de la peli y del comic (que leí posteriormente), totalmente hipnotizado por su tono poético, por los silencios que ofrece, por la belleza dolorosa de los perdedores que se creen ganadores y por la honrosa tristeza de los que se creen ganadores y no deja de perder.
Una delicia.

Pero lo que nos tiene ahora ocupados es la serie de televisión Héroes, y eso que andamos por la primera temporada. Ese canto a los poderes que se convierten en cosas habituales, esos superhéroes “de andar por casa en zapatillas y bata de flores", esas almas perdidas en un mundo tan real como el nuestro…, o acaso sea más acertado decir “tan irreal como el nuestro”.

Este breve entrada, no os voy a engañar, es un mero pretexto para lo que viene ahora, un poema que he escrito la última semana y que quiero compartir con vosotros.
Nada más. Ahora mismo lo que me apetece es verme algún episodio de la serie esta que me tiene enganchado por los mismos pelos de la calva…

Un superbesazo, por lindos lindos lindosones.



WATCHMEN
Por Francisco José Francisco Carrera

…incluso ante el mismísimo Apocalipsis seguiré actuando igual.
(Rorschach, Watchmen)

Son los héroes de nuestro tiempo
estos que aquí nos ofrecen
sus poderes:
unos son capaces
de beber litros y litros de alcohol
y de seguir pensando en su trabajo de mierda
y aun así, no quitarse la vida;
otros han aprendido a pasarse toda la noche llorando
y no dormir ni un minuto para,
al día siguiente,
iniciar de nuevo una rutina infinita
que los devora, los insulta y los mancilla
mas no los derrota del todo;
también los hay duchos
en convertir dos o tres horas
en eterno aburrimiento
sin emitir una sola queja;
o aquellos que han perfeccionado
el arte de mirar haciendo como que escuchan,
pero no oyendo absolutamente nada
y aun así contestar con cierta lógica
a quienes se dirigen a ellos.

Son los vigilantes de nuestra era,
abanderados de un universo gris,
y están aquí para quedarse,
para dejar su huella, su marca,
nosotros simplemente somos
los que nos sentamos cada noche
ante un cena insulsa, un vaso de leche,
y hacemos tiempo ante la tele
para después dirigirnos en silencio
a la misma cama oscura y triste,
a la misma tumba de siempre.

domingo, 2 de mayo de 2010

LA ESTABILIDAD DE LO INESTABLE (Y VICEVERSA)




(En la foto el segundo plato que le preparé a Raquel para la comida de su cumple)

Para Raquel, para celebrar que ya es fija en su trabajo.

Hoy quiero “cantar” a la estabilidad de lo inestable y, a su vez, a la inestabilidad de lo que se dice permanente... pues esta es, al fin y al cabo, la única lección “necesaria”, el único curso “obligatorio” para alcanzar la felicidad del ser humano (o de ser humano). Yo llevo ya años iniciando mis meditaciones matinales dedicándole un buen rato a este tema, es la manera de actualizarlo en mi conciencia desde prontito…, pero incluso así, suelo tener que volverlo a traer desde mi fondo a mi mente pensante en varias ocasiones a lo largo del día. Y es que por algún desfase cerebral, espiritual o whatever, nos hemos empeñado en residir en lo que no Es y negar lo que Es. Resultado: Castañazo en to los piños y sufrimiento tras sufrimiento. Me explico de manera personal, que la entrada de hoy lo es y mucho…

La semana pasada celebraba con Raquel su nueva situación laboral, de contratada eventual pasaba a un nuevo contrato indefinido (o fijo, la idea es la misma). Y lo celebrábamos con el mismo talante que lo hicimos meses antes debido a mi nueva situación gracias a la cual pasaba de trabajador-activo a parado (igual de activo, o quizás más que antes). Tendemos a poner una gran carga afectiva-sentimental personal en todo lo que ocurre, olvidamos que las situaciones son…, eso, situaciones. Cosas que ocurren y que, para evaluarlas en su medida justa, deberíamos dejar pasar un buen período de tiempo antes de emitir un juicio. En mi opinión ese juicio es totalmente innecesario, pero bueno, quizás hable de ello en otro momento. Tampoco creo que el tiempo cronológico, tal y como lo conocemos, exista, lo utilizamos para facilitarnos nuestra integración social y poco más. Desde hace tiempo no soy muy consciente de mi edad o de la edad de los demás, si sólo lo que existe es el ahora, todo lo demás nos sobra…, pero del
Presente como lo único que existe tendremos que ocuparnos en otro presente distinto, no en este. Este es para otra cosa…

¿Os habéis dado cuenta de que todo lo que consideramos para siempre no lo es realmente? Los pactos, contratos, trabajos fijos, “matrimonios fijos”, amistades, familias, Estados e Imperios…, todo cambia, puede no llegar a romperse o separarse, pero todo se modifica y al final acaba por disolverse. En otras palabras, lo único seguro y fijo es que nada es seguro ni fijo. No estoy diciendo, obviamente, que “obtener” en la “plaza del mercado”, como diría Dokusho Villalba, cosas “supuestamente” o, mejor, “nominalmente estables” sea malo ¿Por qué habría de serlo? Una relación estable no es una situación indeseable, yo ,aparentemente, estoy en una y encantado de ello, un trabajo estable no deja de ser algo que celebrar, Raquel ahora tiene uno y yo agradezco tal situación porque, para empezar, me facilita el seguir centrado en mi creatividad. Pero…, lo contrario a estas situaciones (si es su contrario, que tampoco lo creo, todo lo que se manifiesta lleva incluido su contrario de forma embrionaria) tampoco implica nada negativo. Tener una relación “inestable” o no tener una relación (de pareja, quiero decir) son situaciones igual de positivas y maravillosas (he pasado por todas ellas, claro, y todas me han hecho acercarme a este momento que ahora comparto lleno de amor con vosotros). Muchos de vosotros también sabéis que cuando después de 11 años dedicándome en cuerpo y alma a la Universidad me encontraba ante la situación de tener que irme al paro o seguir con un contrato del que prefiero no acordarme, tuve que hacer un esfuerzo de Centramiento para sentir la luz de mi interior. Y allí, ante los ojos de un Dios que nunca ofrece nada más que lo que Es, entendí con claridad que lo único que tenía que hacer era disolverme en la situación, volverme uno con ella. Por ello, Raquel y yo celebramos con la misma alegría vital mi pérdida del que parecía el “trabajo de mi vida” y su estabilización en su vocación profesional docente. Todo era lo mismo, cosas que ocurren, la alegría moderada que experimentamos ante ambas situaciones fue la misma. No nos sentimos hundidos ante la pérdida de un trabajo, de un “estatus social”, de algo que era externo a nosotros… (muchos de vosotros vivisteis conmigo mi marcha de mi despacho, mis últimas clases y exámenes…, y recordaréis que lo estaba viviendo todo en su profundidad, como la aceptación de lo que Es, todos mis estudios de Zen se estaban actualizando ante lo que ocurría y siempre agradecí al universo por darme cada respiración, cada una de vuestras miradas…, creo que me enamoré un poco de todos vosotros, hermanos míos, de todos y cada uno, compañeros, amigos, familiares y alumnos, al veros cada día justo antes de que mi vida cambiara sin esperarlo y al amaros así, amé lo que ERA y la profunda REALIDAD que se manifestaba allí y entonces y que era, claro, un aquí y ahora). Tampoco la semana pasada nos sentimos eufóricos por la ganancia. Asegurar un trabajo es asegurar un sueldo, sí, pero tan sólo eso, nada más. Está muy bien, pero… La luz del universo, el amor de Dios, la frescura de la lluvia, el sabor de los besos, el calor de los cuerpos no tiene nada que ver con eso, y eso es todo lo que existe. Pido a la esencia de lo que ES cada mañana en mi primera oración al despertar que me dé dolor Real antes que placer ficticio, pido siempre lo mismo y con las mismas palabras “dame, madre y padre que ilumina, todo aquello que es real, otórgame una visión clara para ver siempre la Verdad”. Lo demás se nos dará por añadidura. El dolor, el miedo, la angustia siguen apareciendo, claro, pero, como todo lo demás, es pasajero, cambiante, y si conseguimos residir en el misterio a voces de lo que ES todo se disuelve y podemos ser lo que siempre hemos sido:

la voz del agua
la tez del viento
la risa del niño
el estertor del muerto
el cielo nocturno
las nubes que pasan
cada lágrima
cada hermano nuestro

La grandeza del ser humano (y de ser humano) reside en lo que la publicidad nos quiere hacer olvidar. ¿Sabéis qué? no somos bellos por ser jóvenes o tener “buenos cuerpos y caras”, somos bellos porque somos cambiantes, porque envejecemos, porque nuestros cuerpos engordan y adelgazan, porque nuestros cabellos son rubios o morenos o largos o cortos o NO SON (sabéis que soy un calvo feliz de ello y que como muestra fascinante de paradoja mi cuerpo es tremendamente peludo, no sin razón mi amigo americano-irlandés David Carey viéndome a pecho palomo exclamo “my God, you are hairy my friend, you are one mighty hairy piece of a bald guy, aren’t you?” (algo así como "Dios mío, si que eres peludo, colega, eres todo tú un pedazo de calvo peludo, ¿no?"), lo flipas. Hace poco, visitando a la abuela de Raquel que está en una residencia para ancianos, mi mirada observaba a cada uno de los que allí residían y no podía dejar de dar gracias al Universo por toda la belleza que allí se respiraba. Cada vida era divina, cada rostro un milagro hecho carne, cada uno de ellos un recuerdo de lo que quizás en unos años seamos todos los que esto leemos. Era Real, todo estaba bien.

La grandeza del mundo que habitamos es que no es seguro, es que respira y como tal puede morir. Morir, amigos míos, se ha entendido mal, se ha entendido como algo negativo cuando tan sólo es un cambio de estado. En mis meditaciones vespertinas todos los días muero en vida, ha sido mi mejor rutina en los últimos años porque me ha hecho ver con claridad que la muerte no es un final, es más bien un cambio de estado. Y los cambios de estado, la inestabilidad, es lo que caracteriza de raíz todo lo humano. Ahí reside la clave de la felicidad más pura.

Y aún así buscamos la estabilidad, ¿no? Pero y sí…

Y sí la estabilidad
es la inestabilidad disfrazada,
tan sólo eso…

Qué pasaría si abrazásemos lo que Es, así, si más. Qué pasaría. ¿Queréis probarlo conmigo? Yo estoy en ello, ahora mismo lo estoy haciendo. Me notáis cerquita mismo de vuestro corazón. Ahora os estoy tomando de la mano. Beso vuestros cabellos. Acaricio el contorno infinito de vuestra respiración. Me he convertido en vosotros y vosotros mismos sois yo.

Lo sé, os entiendo, soy vuestro hermano y siento lo mismo. Todo cambia, todo gira, pero queréis anclaros en algo que no se mueva, que resida en la Paz por siempre…PERO DESPERTAD Y MIRAD eso existe, sólo que no está fuera: no está en vuestros hijos, en vuestros padres, amantes, maridos, trabajos, dinero, posesiones, casas… Está en vuestro interior, es eso que da la vida eterna pero no en la muerte, la vida eterna de la que hablaban las escrituras no es otra cosa que ese “reencuentro” con la Realidad. El Reino de lo Cielos se nos abre de par en par cuando aprendemos a mirar con ojos nuevos todo lo viejo, así se renace a cada instante y en cada instante.

Y me dices, amado mío, que el mundo duele, que sufres, y yo te digo que es cierto…, y que no lo es. Te pido que llores, que sufras…, si es lo que quieres. Pero a la vez que lo haces, disuélvete en ello. Sé el llanto y el sufrimiento si hace falta. Y trasfórmate gracias a ello. Llega al centro de ti mismo y abraza al niño que llevas dentro. Todo te será perdonado y cada paso que desde entonces será el primero.

Si aprendemos a amar y aceptar cada situación como una Realidad que ES y que CAMBIA, el resto será cosa fácil. La grandeza de la inestabilidad es que es TOTALMENTE estable y por ende REAL, la grandeza de la estabilidad es que si es REAL es eterna y para siempre, NO PUEDE DESAPARECER. Un trabajo estable está bien, claro, una relación estable es guay, obviamente, pero… lo único que te hace tener estabilidad es la aceptación profunda de la inestabilidad. No sé si me explico, pero tampoco importa. Mis palabras desaparecerán, quizás en segundos, acaso en días, qué más da, desaparecerán. Mi cuerpo, calvo y peludo a la vez, morirá. Mis pensamientos mueren a cada segundo. Pero este corazón que os ama, el poema que nunca he escrito y que canta mi amor por Raquel, las caricias que he dado, los besos que he recibido… todo eso es eterno porque sé que es la verdadera Realidad, la misma esencia del amor humano.

Y cómo acabar hoy…, con un poema, claro, ese regalo inestable de la poesía que intento celebrar cada día.

Gracias, amigos míos, por estar ahí y escucharme.

LA ESTABILIDAD DE LO INESTABLE
por Francisco José Francisco Carrera

Cuando me levanto
y veo que mi amada
yace dormida a mi lado
doy gracias por ser humano.

Cuando cojo en brazos
a mi perro Kibo
(bichón maltés, mi bichito)
y le miro a los ojos
doy las gracias por sentir
el latido de su corazón
cerca del mío.

Cuando Gandalf
mi coneja, pide su zanahoria,
doy las gracias por
tener algunos euros
para poder alimentarla.

Así, desde mi primer té
de la mañana
hasta la frugal cena nocturna
no dejo de dar las gracias
por todo lo que, un día más,
no ha cambiado en mi vida,
pero, sobre todo,
por lo que ha cambiado.

Si tengo menos dinero que ayer
doy las gracias al menos por tener,
si no tuviera ya más, las daría
por poder respirar.

El dolor, cuando llega, me hiere,
pero sé que habrá de cambiar.
El placer, cuando llega, me estremece
pero sé que no durará.

El sol de la mañana es más bello
cuando soy consciente
de que la noche tendrá su lugar
y la estrellas también brillarán.

Mi cuerpo es más viejo cada día
y eso me llena de alegría,
quiero cambiar con el mundo,
vivir la eternidad de este segundo.

La mujer con la que vivo
es un milagro constante.
Nunca sé qué dirá,
o si me querrá para siempre,
hay días en que no la conozco
y me vuelvo a enamorar,
en otros dice lo de siempre,
repite frases y lugares,
disfruto de ello y no olvido
que cada hoy es siempre lo mismo:
aunque igual, siempre distinto.
Yo, cuando me pongo tontorrón,
le digo a Raquel,
¿linda mía, acaso a este calvoroto
le has de querer para siempre

o le cambiarás por una moto?
Venga, guapa,
miénteme un poco,
dime que soy apuesto
cual estrella de cine
al que le persiguen los focos.
Y luego me río, claro,
de este juego de apariencias
que es el juego de la vida.
Nos besamos
y nos olvidamos
del sueño
para sentir lo que es REAL.


Lo real a veces duele,

a veces nos apaga un poco
y veces nos enciende,
a veces nos hace disfrutar,
pero siempre siempre siempre
es lo que nos trae la PAZ.

La verdad es Real.

El amor es Real.

Que tú eres yo es REAL

Cada noche, cuando vuelvo a mí mismo,
doy gracias por todo lo vivido,
lo que no he vivido
y lo que queda por vivir.

Doy las gracias por lo que tengo
y por lo que he tenido
y lo que no tendré jamás.

Cada noche digo adiós
a todo lo vivido
y me preparo
en el presente
para lo que haya de venir.

Nada de lo que tengo
es estable.

Sólo lo que soy,
lo que es VERDAD
en mí
tiene visos de
ETERNIDAD.

Al celebrar tolo lo que cambia
lo estable se actualiza en mí.

Hermanos míos
de corazón,
este segundo
en que estamos unidos
es lo único que tenemos
así que, leches,
¿no sería mejor amarnos
y estar por fin en Paz?

Yo te ofrezco este beso,
este abrazo…,
esta frágil eternidad.

Lo que venga después,
si tiene que venir,
no lo dudes,
vendrá.