¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

viernes, 29 de abril de 2011

ESTO NO ES UN POEMA DE AMOR

Por Francisco José Francisco Carrera

Hoy no he venido
a decirte que te quiero,

que te amo
o que daría mi vida por ti.

Para qué,
qué sentido tendría

cuando sabes

que cada vez que tus ojos
me miran

el silencio de la vida
palpita

dentro de mí.
Decirte

lo que es obvio
sería redundante,

así que este poema,
que no es de amor,

ya te lo digo,
es una manera

tan estúpida o genial
como cualquier otra,

una forma, sin más,
de pasar el tiempo.

Pero lo cierto es
que no puedo

dejar pasar
ocasión alguna

para acabar diciéndote
que te quiero

hoy, ahora, en este momento
y que nada más

importa mucho
cuando amamos por amar.

domingo, 24 de abril de 2011

ABSOLUTO

Queridos míos, ¿no sentís a veces que se os florece tiernamente todo el cuerpo desde las uñas de los pies hasta la punta misma del peludo o pelado colodrillo? Pues eso, que hoy a mí, este domingo me abre to por dentro y me desparrama to pa fuera. Resultado, este poema:

ABSOLUTO
Por Francisco José Francisco Carrera.

El muchacho guardaba la lluvia
alrededor de su cintura. Pedía
con los ojos que su vida acabara
ya. Su tristeza era infinita.

La muchacha había aprendido
a besar con la mirada. Sonreía
cuando sus ojos recordaban los colores.
Había sido copo de nieve en otra vida.

Nada fue como se esperaba.
Naufragaron. Se perdieron para siempre
en un mar oscuro de palabras,
se perdieron para siempre y nunca más

dijeron nada.



Besitos a todos, por ser así de preciosos.

jueves, 14 de abril de 2011

LA TEJEDORA DE HISTORIAS: EL TAUMATURGO

El taumaturgo besaba los ojos para acceder secretamente a la llama. La llama siempre era azul pero en extrañas ocasiones se podía convertir en amarilla justo al devorarla. La llama no era lo que buscaba el taumaturgo, claro, pero aquello que buscaba no tenía nombre: era la esencia de lo no nombrado.

Yo aprendí de él el arte de vivir en el fuego. Las llamas, desde pequeño, fueron mi verdadera madre. El taumaturgo lo tuvo fácil, yo venía de más allá del horizonte, del mundo oscuro del silencio que crepita aún en mi mirada. ¿Cómo no iba a convertirme en su mejor alumno?

Pero nada importa ahora que acaricio los párpados de mi maestro y le doy mi último adiós besando sus labios inmarcesibles.

Ahora soy yo el taumaturgo, ahora el cielo de Esmirna se abre para mí y la ciudad entera conocerá la belleza de las llamas. Ha llegado la hora de nacer a la vida que todos vosotros simplemente soñáis. Y yo, el nuevo taumaturgo, os voy a regalar vuestro segundo nacimiento.

domingo, 10 de abril de 2011

LOS OJOS Y LA VOZ DEL CORAZÓN

Si me preguntas qué silencio o qué ojos me frecuentan, puedes estar seguro de que la voz de mi corazón te regalará, sin previo aviso, el abismo hecho canción.

No hay nada más.

Nada menos puedes encontrar.

Tu rostro,
amigo mío,
es la presencia
inquieta
que muere
y nace a cada
instante en que
nos olvidamos
mutuamente
para así poder
disfrutar
del milagro infinito
de volvernos
a conocer

y dar las gracias
y besarnos de nuevo
en el rostro
como en el alma.

Y no temer ya nada,
nada ya nunca más
volver a desear,

el blanco absoluto de la noche
y el profundo negro de cada día

conjurados para siempre
en la mirada.

Estoy aquí,
junto a ti,
no me muevo
y no para
de sonreír...

domingo, 3 de abril de 2011

SEGUIR SIGUIENDO

Un poemita este domingo de mi reciente producción. Lo cierto es que estos meses últimos he estado más liado con la Historia de los Estados Unidos y los relatos cortos que he ido creando que con nada poético, pero de vez en cuando aparece el aliento lírico y me toma por las barbas.

Un besazo enorme para todos, mis lindos.

SEGUIR SIGUIENDO

Por Francisco José Francisco Carrera

Ya no puedo más

y sin embargo sigo.

Sigo aunque me siento

cansado

agotado

herido

mareado

cabreado

y con ganas de morir

o matar

o joderme vivo

o emborracharme

o darme de hostias

de reventar ya

PERO YA

Sigo

con esta mirada triste,

con estos ojos que duelen de pura agonía

de mirar hacia fuera y ver el mundo

arder,

del odio que ya emana cada calle

y que sabe a podredumbre y desesperanza.

Sigo

por nada y para nada

pero sigo.

Y no me preguntes si voy a seguir por mucho más tiempo,

no lo sé.

Pero hoy,

esta mañana,

este mismo segundo

voy a seguir siguiendo

no sé hasta cuándo

ni me importa un carajo,

sólo sé que si te encuentro en mi camino

te voy a invitar a un par de cañas

y después de las cañas a beber un buen vino

y desde allí lo que venga, hermano,

desde allí lo que venga, cariño mío,

aunque lo que venga no tenga ya sentido.