¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

domingo, 22 de enero de 2012

DESVELANDO EL KARMA...

El Karma Desvelado por Denis Astelar

“Independientemente de cuáles sean tus creencias, preferencias, inclinaciones y situación personal, absolutamente todo está regulado por un principio universal encargado de mantener el equilibrio entre todas las energías existentes conectadas entre sí, y que escapan al control del hombre.”
(Denis Astelar, El Karma Desvelado)

Hoy toca promocionar un libro, un libro que acaso pase desapercibido pero que debería venderse como churros (y qué ricos están los churros, oye), regalarse como flores (y qué lindas que son las flores) y aconsejarse como los buenos amigos (y cuán preciosos son los buenos amigos).

Vamos a ello, que hoy es el mejor día de nuestras vidas y nos apetece bailar y saltar y amar y meditar y agradecer y más cosas, oye.

Uno suele llegar a la Belleza por casualidad, a veces en el baño, ojeando una revista, otras en el ascensor, en medio de una conversación banal, o acaso en esos ratos maravillosos en los que no pasa nada (pero absolutamente NADA) en nuestras vidas.  Uno llega a la Belleza (que es la manifestación física del amor) y se queda encantado de este viaje “terrenal”, de tener un cuerpo, unos ojos, unas manos, un estupendo paladar.  Se queda uno así, satisfecho y sin problemas ni hipotecas ni facturas que pagar.  Todo está bien como está.  Y mola, claro, mola y mola de verdad. 

Pero la belleza, como dicen en inglés, es “skin deep”, vamos que está por debajo de la piel, y esa belleza interna que acaso es Ética (¿la manifestación espiritual del Amor?) ya te deja epatado por delante y por detrás.  Y uno busca esa unión profunda que lo haga ser consciente de su verdadera unidad (los del Advaita Vedanta lo sabían muy bien) y cuando hace “click” ya no hay “stop”, jeje.  Y claro, cuando pasa de forma efectiva, cuando la revelación va más allá de lo intelectual para alcanzar lo emotivo y desde ahí llegar al  rostro de tu rostro, el rostro original del Zen, pues eso, que no debe dejarlo pasar, debe residir estupendamente en ese centro luminoso todo lo que pueda (al fin y al  cabo es lo que es en verdad) para actualizarlo de forma fácil y constante. 

Más o menos, este es el motivo de animaros a todos a leer “El Karma Desvelado”, libro maravilloso del siempre maravilloso Denis Astelar, un tipo flipante que uno no puede dejar de amar desde que lo oye hablar e interactuar con el mundo.  Es de esas personas encantadoras que te apetece abrazar e invitar a unas cañas, un café, unos callos a la madrileñas, yo qué sé.  No hace mucho lo veía y escuchaba en you tube y desde entonces he estado interesándome un poco por las cosas que hace…, hasta que ya me pedí por la Editorial Círculo Rojo su primer libro, “El Karma Desvelado”.  Fue llegar y devorarlo en el mismo día, y ahora, ya con  más calma, me encuentro degustándolo y poniéndolo en práctica (que para eso es).  Me ha aclarado muchas cosas, al menos intelectualmente, y empiezo a ver dichas ideas  con los ojos del corazón (por decirlo de alguna manera).

A ver, el concepto de Karma me ha interesado mucho desde que tuve que estar 2 meses de baja por rotura de codo y fisura de muñeca; bastante “incapaz” de escribir, dar clase, cocinar, limpiar y otras cosas que me encantan, me dediqué íntegramente a leer sobre el Zen y el Tao, sobre Budismo e Hinduismo, y meditar, empecé a meditar de verdad (y de mentira), también me echaba unas siestas de proporciones épicas y que, por cierto, me sentaban de maravilla.  Creo profundamente en el Karma, cómo no, si además, como dice Denis, es el principio universal más “determinante”…, y es  lógico.

Desde niño, le di muchas vueltas a la idea de “ama al prójimo como a ti mismo”, estaba bien pero a veces me chirriaba, sin saber por qué.  De adolescente viví mi “ámate a ti mismo y santas pascuas” particular.  Pero eso fue un doloroso camino lleno de odio y desesperación, de placer y hastío por partes iguales, y todo eso no viene al caso.  Más tarde invertí los elementos para llegar al “ámate a ti mismo como amas al prójimo”.  Y así, con tantas idas y venidas, se me hizo claro que lo importante es ser el otro sin dejar de ser uno mismo, y eso lo entendí a través de la poesía, ya ves tú.  A lo que voy, viajeros kármicos, que os aconsejo a todos acercaros a Denis Astelar, ya sea por you tube, por Facebook, por su libro, lo que sea, por cierto que tiene una academia en Mataró que espero poder visitar algún día.  Más información sobre su Centro de Estudios AQUÍ.

Yo ahora ando aquí, revisando Karmas, Dharmas y demás cosas lindas espirituales en este cuerpo calvo y sandunguero que me ha  tocado en suerte (y qué suerte que he tenido, oye, cuerpo lindo, cuerpo precioso, compañero en el camino de la vida física), pero y vosotros ¿cómo lleváis vuestra balance kármico?.

Os dejo hoy con las palabras de Denis en El Karma Desvelado:

“Ten en cuenta en todo momento que el karma irá repitiendo situaciones y experiencias en tu vida con el objetivo de que las liberes e incorpores el atributo que tu espíritu necesita para lograr el dominio del libre albedrío, logrando al fin amarte a ti mismo y a los demás”.


Besos enormes para todos, luces de mi vida y refugio de mi corazón cuando se pierde en los bosques del dolor humano.

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