¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

viernes, 17 de diciembre de 2010

ELOGIO DEL EMÚ

Emú.
(Alterac., quizá por infl. de ñandú, del port. ema, especie de avestruz).
1. m. Ave del orden de las Casuariformes, casi tan grande como el avestruz y parecida a este, pero, por excepción entre las Corredoras, monógama. Su plumaje es bastante ralo, de colorido grisáceo a pardo-amarillento. Vive en zonas de llanura.
(Diccionario de la RAE)


Hace años, no me digáis por qué (los designios del Señor son misteriosos) me dio por interesarme por los emús (posiblemente el plural correcto en español sea emúes, pero a mí me gusta más emús, cosas de cada uno, oye). Ya veis, fue más o menos como sigue, yo me levanto, desayuno con mi people (entre los que cuento a mis bichos), me visto, canturreo un poco, me rasco el cocoroto y zas, allí está el más lindo emú del universo. Esperándome, queriendo ser mi amigo. Y claro, yo, que animalito veo, animalito quiero, pues eso, que yo le pego un abrazo que casi lo apachurro to entero, pero él, tan feliz, me pica alegremente los omoplatos (que es como demuestran el amor los emús a los humanos, a base de picoteo amoroso en la zona omoplatar, por delante y asimismo por detrás).

Y qué quereis que os diga yo, queridos míos de mi corazón…

que los emusitos son todos lindos y todos son criaturitas llenas de plumas y de amor,

que los emusitos son unos bichos maravillosos, unos animales increíbles,

que los emusitos son unas cositas saltarinas que hacen que la vida valga la pena…

A mí, a día de hoy, me siguen fascinando como el primer día en que me enamoré profundamente de uno. Raquel, resignada, sabe que me puede pedir fidelidad humana, pero no animal, y es que mi corazón tiembla ante arañitas, tigres salvajes, gusanos devoradores de rocas metamórficas o boas constrictores, vaya. Y es que qué queréis que le haga, yo mismo soy bastante animal... Me pasa como con los poemas, como con los amaneceres y los atardeceres y los anocheceres…, que me gustan todos, todos y así es que me gustan todos los bichines de la tierra, de los mares y de los cielos, me gustan hasta los del espacio sideral.

Y tanto he querido yo a los emús que les llegué a escribir un poema con el que os dejo.
Si alguno de vosotros también es fan de los emús, que levante la mano, nos iremos a tomar un cafelito y a elogiar a estas aves casuariformes de relaciones monógamas. Cariñosas ellas…, cariñosas y tan saladas.

Os quiero, y os echo de menos, siempre os echo de menos un poquito de más, pero eso es bueno, creo, y si no lo es, pues tanto da.

Besos y al poema...


¿QUIERES SER MI EMÚ?


Por Francisco José Francisco Carrera

Ser una ave casuariforme
no es, créeme,
tan fácil en estos tiempos.
Tres dedos en los pies
y una protuberancia ósea
cubierta con un estuche córneo
es algo, al menos
desde mi punto de vista,
complicado en esta vida.
Si luego, desgraciadito de mí,
eres un emú,
pues ya ves tú,
la cosa se complica más
porque no es lo habitual
entre las corredoras
ser (y los emús lo son)
monógama.
Tú no veas qué marrón,
siempre espera que te espera
a que aparezca, tan bella,
la emú de mi corazón.
Mira qué fácil habría sido
si avestruz, por ejemplo,
hubiera al fin nacido,
pero no, claro, ni de coña,
no había de tener tanta potra.
Con mi pelaje ralo y frío
además de poco colorido
no soy el más ligón
y por mucho que lo intente
(y no lo intento na de na)
siempre me dan calabazas.
Si me fuera a la costa
en busca de un poco de fiesta
acaso encontrara pareja
pero más me temo
acabar desplumado
en medio de una paella.
Pero bueno, soy un emú
solitario, sí, y cariñoso,
y seguro que con el tiempo
aparecerá mi emú del alma,
avecita linda con pico de plata,
y en nuestro plumaje el amor
dibujará la forma del corazón
que habremos de compartir ya
por toda una vida o más.
Es lo que tiene ser monógama,
es lo que tiene, ya ves tú,
ser como yo un emú.

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