¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

domingo, 21 de marzo de 2010

CUANDO EL SILENCIO ES LA ÚNICA PALABRA

De nuevo hoy siento
el viento en las entrañas,

de nuevo hoy me he levantado
con el universo en la mirada,

hoy, hermanos míos,
todo era silencio y vacío

todo lo que era era la nada.

Así,
intentar ocultar
la magia de la vida
con palabras,
recuerdos
o historias vividas,
no parece tener
mucho sentido.

Crearé un espacio
infinito
para que juntos
amemos cada momento
como si fuera único,
como si fuera el último.

Y así,
con la hierba entre los dedos
y la arena del tiempo bajo la lengua,
reiremos
en silencio
para conformar
el estallido
más ruidoso
jamás oído.

Aquí,
querido mío,
estoy aquí,
y tú conmigo.
Deja de rasgar
tu piel divina
con el acero
del odio
hacia ti mismo,
deja de mirar
hacia fuera
e ilumina
el camino a tu corazón
con esos ojos
bellísimos
que son la misma corona
de la creación,
deja atrás
el deseo,
la prisa
y el hastío,

nunca fueron reales,

y acepta el silencio
que grita
en tus arterias
el nombre primero
de las cosas,

y acepta la caricia
de la brisa
entre tus palmas
para recordar
por fin
que nunca fuiste
otra cosa
que no hubieras sido
ahora y siempre
y que siempre
habrás de volver a ser.


Tus ojos son el amor mismo,
tu vientre la misma nada
y tus manos el todo infinito,
la rosa, el fuego y la espada.

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