Grecia me ha dado muchas cosas. Desde la niñez. El amor por los mitos y el arte. La irrealidad de las calles y los
rostros. Grecia aparece en mis sueños
verde y a veces con tonos ocres. Sin
duda he sido griego en otra vida, seguro que vosotros también. Grecia enamora por eso y por otras muchas
cosas.
Pero Grecia, origen de gloria y esplendor, muere hoy un poco
más…
Grecia ha perdido el respeto. Ha perdido la esperanza. Agoniza.
Grecia se extingue ante nuestros ojos…, y nosotros, gordos
seres saciados de imágenes, sonidos y locura, miramos hacia otro lado. Miramos hacia nuestra misma inmundicia
disfrazada de belleza. Pero cuando caiga
el maquillaje veremos que la putrefacción era absoluta. Sólo que desde ahí empezará a caer lo corrupto
de los cuerpos y emergerá triunfante el espíritu que siempre fuimos jugando en
una cárcel de formas.
Dicen, algunas voces, que “se ha salvado el euro” con el
resultado de la elecciones griegas, pues bien, yo preguntaría si eso implica
que se vayan a salvar también “a las personas”, a las que se mueren de hambre,
a las que se suicidan, a las que han iniciado una terrible espiral de violencia
porque ya no se soportan ni a ellas mismas.
Y me parece que no, que va a ser más de lo mismo, pero en dosis todavía
mayores.
Y lo cierto es que hoy me he levantado muy triste por mis
hermanos griegos, no lo puedo evitar, la verdad. Pero puede que lo mejor es que todo vaya a
peor para que así despertemos de una vez por todas. Para que veamos más allá de esa realidad falsa
e impuesta por políticos, educadores, financieros…
Ha llegado el momento, o el momento está un poco más cerca.
Este es mi poema de hoy.
ATENAS BAJO LA LUZ DE LA LUNA
Por Francisco José
Francisco Carrera.
Para Raquel, luz y
agua de mi vida.
Acercaste tu mano al
olivo
y entre tus pechos
floreció
un nuevo corazón.
Me miraste, los
labios temblaban,
los ojos sonreían,
quisimos llamarlo
amor.
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