¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?

¿Qué es lo que has venido a hacer aquí?
He venido
a besar tus labios con mis ojos,
a dejar en tu cuerpo mis caricias,
a rezar a un dios estupendo y lleno de vida,
a respirar el aliento mismo de la creación,
pero sobre todo,
por siempre y para siempre,
a amarte, hermano mío,
amarte y no dejarte de amar,
nunca más dejarte de amar.
(Francisco J. Francisco Carrera, "Luna de Agosto")

viernes, 11 de junio de 2010

HASTA PRONTITO, LINDOS, LINDOS, LINDOSONES DE MI CORAZONZÓN


Y bien, amigo míos, hoy en sábado en vez de domingo…, para deciros que esta Luna de Agosto, (así como el Cocoroto y el Winterbottom) va a cerrar sus puertas hasta la próxima temporada, para eso de septiembre. Quiero “recogerme” un poco este verano para terminar varios de los proyectos en los que he venido trabajando en los últimos meses. La Mirada de la Medusa seguirá activa, con sus poemas, reflexiones, etc…

Para despedirme, dos poemas que he escrito hace poco y que formarán parte del libro de espiritualidad que, como sabéis, lleva por título provisional “La luz de tu mirada” y cuyo texto espero esté terminado para febrero de 2011, luego habrá que pensar en buscar editorial o lo que sea. Tiempo al tiempo.

Me ha encantado estar con vosotros estos meses, gracias a todos y cada uno por dedicarme un ratillo de vuestras vidas.

Un BESAZO enorme, amados míos…

EL DESAYUNO
Por Francisco Jósé Francisco Carrera

Me levanté
totalmente descansado
esta mañana,
un cielo inmenso
me dio los buenos días
nada más subir la persiana.
El sol sonreía silencioso
y yo le devolví la sonrisa,
como si no pasara nada.

Me acerqué a mi mujer
que se desperezaba,
puse mi mano en su hombro,
estaba calentito como
una barra de pan recién hecha,
contemplé el misterio de sus ojos.
Siempre me sorprendía
ver cómo los ojos de mi amada
tenían un poquito de todo lo bello:
canela, hierba, agua,
música, frescor, lavanda
y también brisa, caricia y llama.

Le dije un te quiero con el corazón,
en ese idioma cómplice y sin palabras
que desarrollan los amantes
para reconocerse en esas madrugadas
en que duelen hasta las pestañas.

Y más chulo que un ocho borracho
de amor, silencio y hermosura,
me fui para la cocina
para hacer el desayuno.

Y fue entonces,
seguro que fue entonces,
cuando al poner la cafetera
sentí que de mi piel
se caía la careta,
así,
plof,
sin más,
y sin menos,
claro,
plof,
cosa más simple,
plof,
te lo repito,
plof.

Y así
en pelotica picada
aunque en pijama,
dejé que por el cuerpo
pasaran
el café, la leche y la tostada,
que por la mente
transcurrieran
ideas locas, recuerdos y más chatarra,
que por mi corazón
corrieran
el odio, el amor y la esperanza.
Y yo tan sólo veía
lo que comía,
lo que pensaba,
lo que sentía.
Mi cuerpo comía,
mi mente pensaba
y mi corazón sentía…,
pero yo tan sólo
miraba, y miraba y miraba,
y, alucinado, alucinaba.
Sin más.
Así.
Plof.
Sin previo aviso,
plof.
El “plof”
más plof
que en el mundo
fue.
Un plof total.
El PLOF.

Casi nada…


MI PERRO ME HA LAMIDO LA NARIZ
Por Francisco José Francisco Carrera


He cogido en volandas
a mi perro Kibo,
un bichón dulce y precioso
y con unos ojos
del color del universo,
un hermoso maltesito,
un ser tan lleno de vida
como lleno de babas,
y me ha lamido la nariz,
con fruición,
con alevosía
y, diría yo,
que hasta con amor.

Le he dejado de nuevo en el suelo,
nos hemos mirado,
sonriendo los dos,
y con un corazón compartido
que latía al mismo tiempo
hemos reconocido al vez
que somos uno y el mismo,
que él es yo y yo soy él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario